Preparación y conservación de collejas
Si bien las collejas, gracias a la ternura de sus brotes, se pueden
consumir directamente en crudo como por ejemplo preparadas en ensalada, lo habitual
es que se preparen previamente a su uso culinario sancochándolas, es decir, procediendo
a su cocción en agua hirviendo.
Lo primero que tendremos que hacer una vez recogidos los brotes de las
collejas, es eliminar las partes del tallo que estén demasiado duras y las
hojas dañadas y lavar a continuación con agua para eliminar los posibles restos
de tierra.
Rodal de collejas cultivadas. |
Brotes tiernos de collejas recolectados. |
Una vez limpios y lavados los brotes de las collejas los
depositamos en un recipiente grande con abundante agua para su cocción, a la que podemos agregar una pízca de sal y un chorreón de aceite de oliva para que luego salgan más sabrosas.
Sancochando collejas. |
Tras tan solo unos 3 o 5 minutos de cocción, las collejas estarán
sancochadas y listas para su uso gastronómico en distintas recetas, bien por ejemplo rehogándolas o friéndolas.
Aspecto de las collejas una vez sancochadas. |
También podemos, una vez sancochadas las collejas y escurridas, preparar
bolas de los tamaños que consideremos oportunos, envasarlas en bolsas de
plástico e introducirlas en el congelador. Así podremos disponer de una forma
rápida de collejas en cualquier época del año.